El menú del día: Cacerolazo ahumado

Acabo de volver de Cabildo y Juramento, a pocas cuadras de casa, una esquina muy transitada que a las 20 horas, los bocinazos comenzaron a ser reemplazados por cacerolazos. Al pasar, escucho a un hombre de unos cuarenta gritarle a una señora de unos 60 años que estaba muy entusiasta con su silbato uniendose a la manifestación de cientos de personas "¡¿Porque no ganan las elecciones?!" haciendole ver que no tenía derecho a protestar dado que el poder ya lo había ganado Cristina en Octubre último. Cuando escuché esto tuve ganas de contestarle yo misma diciendole un "porque no hemos hecho fraude", recordando las derrotas en las urnas. Sin embargo, había muchas razones más y seguro quien gritó semejante comentario abuchador no iba a entenderlas. Los motivos que lleva a los ciudadanos argentinos a protestar y a manifestarse en contra del Gobierno, no es ya por simpatía o no de la Presidente, sino porque quienes nos gobiernan han olvidado los límites entre la democracia y una dictadura. Instrumentos que hacen a la democracia como la libertad de expresión, el diálogo entre los sectores, brillan por su ausencia y comienza a verse las represiones, uso de la violencia por parte del Estado contra la oposición o ciudadanos simples que manifiestan su sentir y su pensar, así como las mentiras ya isntitucionalizadas del Gobierno que niega la inflación que triplica la oficial, etc.
Se hace mención a la incapacidad de quienes nos gobiernan, pero yo aludo al infantilismo, entre caprichos y torpezas que los ciega y los inhabilita para reencauzar el diálogo y se terminan enojando como unos niños que no pueden expresarse bien y no logran hacerse entender o imponer su voluntad ante los demás.
La población se está cansando de los entredichos, insultos, agresiones por parte del Gobierno a otra porción de la población que nos identifica tanto como es la gente del campo. Aún cuando tengan razón con el tema de las retenciones, que para quien ya se olvidó era el foco del conflicto, la irresponsabilidad como líderes de generar divisiones y odios entre el pueblo superó todo entendimiento. Para que exista diálogo racional, no hace falta sólo voluntad de diálogo sino también racionalidad, pero cuando una de las partes se comporta totalmente irracional, es decir entre incoherencias y sin razones, no es posible el diálogo ni convivencia alguna.
No apoyo a los cacerolazos como medio de boicotear la actual administración, pero si como manera legítima de manifestar el descontento por parte de los ciudadanos para que sea interpretado por los gobernantes y actuen en consecuencia.