Sin palabras

Hace más de diez días que no posteo, creo que el discurso de Cristina en la AG de Naciones Unidas me dejó sin palabras. No voy a opinar sobre el mismo, pues cualquier persona con sentido común podrá apreciar su inconsistencia por sí misma. De todas maneras no lo puedo evitar, me sorprende con qué frescura, miente, niega e ignora nuestra querida presidenta. Mientras que Stiglitz considera que es la peor crisis del siglo, ella afirma que no le afectará a la Argentina. Mientras que la justicia de US avanza en las investigaciones que ratifican que el destino de la valija de Antonini Wilson era la Casa Rosada, ella sigue inventando fantasmas y enemigos. Mientras la inflación sigue subiendo, ella ha pronunciado esa palabra en sus meses de gobierno tan sólo unas cuatro veces, como si por omitirla no existiera. Seguimos siendo igual de infantiles, como cuando eramos niños y no queríamos escuchar una verdad que no nos gustaba, cerrabamos los ojos, nos tapabamos los oìdos con las manos y repetíamos "no te escucho, no te escucho, no te escucho", como diciendo "no me importa, no me importa, no me importa".