Coexistencia


Ayer martes se inauguró en la Plaza San Martín una muestra llamada Coexistencia, que nació en jerusalén hace 8 años y ya recorrió 45 países. Estuvimos durante todo el día junto con la Juventud de la AMIA y los jóvenes funcionarios del GCBA emplazando los 30 paneles que sostienen las obras de importantes artistas internacionales. Para quien me vió luego, mi rostro bronceado no convencía a nadie que estuve todo el día trabajando, y es que aunque así fue, para mi ha sido un gustazo estar trabajando a la par con jóvenes de otras religiones (en la organización también estaba representado el Centro Islámico), compartiendo valores, poniendole corazón y soñando un país donde no se discrimine ni por religión, raza, género, capacidades, etc. Hace unos años leí en un índice de Human Rights Watch que la sociedad argentina era una de las de mayor tasa de discriminación, racismo y xenofobia en América Latina y fue uno de los motivos por los cuales comencé a reunirme durante un año con Adam, Ninawa, Rodrigo, Karina y Fernanda en un grupo interreligioso de jóvenes amigos que queríamos hacer las cosas diferentes. Rápidamente entendimos que el mensaje de nuestras religiones en esencia era el mismo, el amor a Dios, al prójimo, el cuidado por la creación, la paz de los pueblos, en fin generalidades que encontrabamos apenas le quitabamos el polvo de los prejuicios que ocultaba la belleza de la coexistencia. Pero claro, era un grupo que ya estaba predispuesto a escuchar y abrazar las diferencias el desafío era expandir ese mensaje. Por falta de tiempo de cada uno de nosotros, viendo que era algo que nos exccedía y hasta inexperiencia de como potenciar el proyecto de promover entre los jóvenes lo que había unido al grupo, quedó más bien en un apostolado personal de promover la diversidad cultural y religiosa e ir sembrando esa semillita de amor fraterno desde nuestros lugares.
Luego indagando un poco más a nivel personal, en el 2005 luego de haber hecho la muestra de fotos con UNHCR, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados me detuve más en las estadísticas que decían que era mayor la discriminación racial que la religiosa en Argentina. Y es así, los refugiados que vienen de Africa, tienen problemas en la integración en la sociedad argentina, no por su legislación como suele pasar en otros países, sino por el color de su piel, aún cuando aprenden el español, son profesionales y formados, no encuentran trabajo, no encuentran amigos. No son muchos, pero son alrededor de 500 refugiados promedio que llegan cada año, mucho mayor es el número de inmigrantes de países de la ex URSS que vienen en búsqueda de trabajo terminan en las peluquerías y en los puertos, lo mismo con los orientales que nos rodean con supermercados. La discriminación racial en el mundo laboral es muy fuerte en Argentina, por ello este tipo de iniciativas de promover la coexistencia entre los pueblos son más que importantes.
En fin, es un rasgo más de nuestra sociedad que debemos moldear según el ideal, el de la convivencia armoniosa entre todos los hijos de Dios, sin importar colores, lenguas, credos ni origenes. El mismo ideal que soñaron nuestros padres fundadores hace doscientos años, tenemos el deber de seguir manteniendolo vivo.

Comentarios

  1. Muchas felicidades por este importante logro amiga. Esperemos poder ir caminando todos hacia esos caminos..

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