La Política de Defensa de Argentina en sintonía hemisférica

En Octubre del 2003 en la Ciudad de México, los miembros de la Organización de los Estados Americanos aprobaron la “Declaración sobre Seguridad de las Américas” , entre los cuales se encontraba Argentina. En ella, se consensuó el concepto de seguridad hemisférica compartida por los Estados como: “Nuestra nueva concepción de la seguridad en el Hemisferio es de alcance multidimensional, incluye las amenazas tradicionales y las nuevas amenazas, preocupaciones y otros desafíos a la seguridad de los Estados del Hemisferio, incorpora las prioridades de cada Estado, contribuye a la consolidación de la paz, al desarrollo integral y a la justicia social, y se basa en valores democráticos, el respeto, la promoción y defensa de los derechos humanos, la solidaridad, la cooperación y el respeto a la soberanía nacional”. Además, se definieron las amenazas a la seguridad de los Estados del Hemisferio, entre las cuales se enumeran tanto las tradicionales como las no tradicionales, siendo estas: “el terrorismo, la delincuencia organizada transnacional, el problema mundial de las drogas, la corrupción, el lavado de activos, el tráfico ilícito de armas y las conexiones entre ellos; la pobreza extrema y la exclusión social de amplios sectores de la población, que también afectan la estabilidad y la democracia. La pobreza extrema erosiona la cohesión social y vulnera la seguridad de los Estados; los desastres naturales y los de origen humano, el VIH/SIDA y otras enfermedades, otros riesgos a la salud y el deterioro del medio ambiente; la trata de personas; los ataques a la seguridad cibernética; la posibilidad de que surja un daño en el caso de un accidente o incidente durante el transporte marítimo de materiales potencialmente peligrosos, incluidos el petróleo, material radioactivo y desechos tóxicos; y la posibilidad del acceso, posesión y uso de armas de destrucción en masa y sus medios vectores por terroristas”.
Es a partir de este concepto y estas amenazas enumeradas en México en el 2003, que se analizará la política de defensa de la República Argentina y las amenazas percibidas por este Estado. A partir del reconocimiento del cambio en la naturaleza y en la diversidad de las amenazas, se debe asumir la dificultad existente para definir, anticipadamente, el perfil de los desafíos futuros. Por un lado, mantienen su vigencia las amenazas de seguridad clásica, las que hacen a la integridad de los Estados y a las cuales la incertidumbre estratégica aconseja no dejar totalmente de lado, aunque en el caso de Argentina no exista hipótesis de conflicto con ningún otro Estado en la actualidad.
Las amenazas definidas en México son las mismas amenazas consideradas en el Libro Blanco de la Defensa de la República Argentina que analiza el escenario internacional, luego del fin de la guerra fría e incluye nuevos elementos de amenazas a nivel nacional y regional. En la Argentina, en los gobiernos democráticos ya hubo reformas de legislaciones internas que dan pie a este cambio de perspectiva de una política realista a una institucionalista como se cristaliza en la Ley de Defensa Nacional de 1988 donde se aceptaba un concepto multidimensional de la seguridad.
Sobre el terrorismo, Argentina ha sufrido en la década de los noventa dos atentados terroristas, en la AMIA y en la Embajada de Israel, y es observada en la actualidad por la presencia de miembros de Al Qaeda y Hamas entre otros grupos terroristas en la Triple Frontera junto a Paraguay y Brasil. En la frontera con Bolivia, al norte de Argentina, en la provincia de Jujuy precisamente, con la no confirmada oficialmente presencia de tropas de las FARC.
En cuanto a delincuencia organizada y el tráfico de drogas, ya fue alertada la Presidente de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner por el mismo Presidente de México, Felipe Calderón que los acontecimientos del caso de la “Ruta de la Efedrina” en el cual se involucraba a mexicanos y argentinos, evidenciaba los inicios del problema serio de narcotráfico en Argentina.
Entre las amenazas por el deterioro del Medio Ambiente, tal la definición de México no se puede dejar de mencionar el conflicto diplomático que llegó incluso a la Corte Internacional por las papeleras finlandesas radicadas en tierras uruguayas a orillas del Río Uruguay que establece el límite con Argentina.
La trata de personas, tema de la agenda parlamentaria del país, por la alerta de un informe de la Organización de Naciones Unidas en septiembre último donde indicaba el grave aumento de los casos en Argentina, no deja de tener prioridad entre las amenazas que son reconocidas.
Por otro lado, cuando se mencionan a enfermedades, más allá del SIDA, en Argentina se tienen dos amenazas latentes, una el del Mal de Chagas con epicentro en la provincia de Santiago del Estero, donde la vinchuca se multiplica junto con la pobreza en crecimiento de los últimos años. Asimismo, el dengue en el último año ha llegado a amenazar incluso a la poblacional de la Provincia de Buenos Aires, donde normalmente esta enfermedad amenazante en Brasil y Paraguay, llegaba a las provincias fronterizas de Misiones, Chaco y Corrientes.
En cuanto a las amenazas de desastres naturales en Argentina son leves, por lo general son inundaciones y deslizamientos de terrenos provocadas por el crecimiento de los ríos, en las provincias húmedas, y en la zona centro y sur del país, la amenaza leve de movimientos sísmicos, sequías y en el noreste del país los vientos huracanados o grandes tormentas que dejan poco número de víctimas anuales pero no por ello menos importantes. Sin embargo, Argentina, a partir de su iniciativa de Cascos Blancos ha tenido un rol de importancia en la asistencia humanitaria, que junto con los Cascos Azules han ayudado, por mencionar los últimos casos, en los terremotos de Haití y en el 2005 asistencia humanitaria tras la tragedia del huracán Katrina en los Estados Unidos. Los Cascos Blancos que desde el año 1994 de su creación han participado, desde la asistencia en la reinserción de los refugiados en Angola, pasando por ayuda tras el incendio del supermercado en Paraguay en el 2007 hasta los huracanes Rita, Stan y Dennos en Cuba y países de Centroamérica del año 2008.
La pobreza extrema es una amenaza en alza en un país en el cuál su economía procíclica no facilita el desarrollo integral de los grupos familiares y su escala social, con un aumento del número de desnutridos, con índices alarmantes de mortalidad infantil y materna principalmente en provincias como Formosa, Tucumán y Santiago del Estero.
A nivel de interpretación de riesgo económico, Argentina debe enfrentar la baja de precios de la soja, el descenso en la producción de carne y a nivel institucional enfrentar las crisis del INDEC y el Banco Central, así como la percepción internacional sobre el incumplimiento de la deuda externa y la estatización de la economía generaron más dependencia a nivel económico del sistema internacional de financiamiento, inversiones, por lo que se ha debilitado el país. Esto en el sentido más amplio de la defensa, donde se incluyen los factores económicos de desarrollo humano también entraría. A mi opinión, estos son factores que inciden en una política de Estado de un país, que cuando busca su autonomía, poder de influencia en la región en los demás aspectos ya mencionados, se ve vulnerado. Un país no desarrollado económicamente se ve vulnerado a la corrupción, al tráfico de armas y de drogas, dado que encuentra tierra fértil en personas hambrientas por una mejora económica que de otra manera no encuentran. Como cuando se dice que un policía bien pago tiende en menor grado a la corrupción.
El libro blanco de la Defensa de la República Argentina reconoce la aparición de nuevos actores en el escenario mundial, mencionando a las Organizaciones de la Sociedad Civil, grupos sociales e incluso el impacto de la opinión pública sobre la decisión de actuar con respecto a los conflictos. Aquí se evidencia un alejamiento a la postura estatocentrista realista de las relaciones internacionales, e incluso cuando menciona fenómenos como la globalización, abre aún más el espectro de asuntos relacionados con la defensa nacional. Podríamos afirmar consecuentemente que la política de defensa de la República Argentina se condice con la definición tan amplia y a la vez tan confusa de la OEA en México 2003.
El reconocimiento de los nuevos actores va de la mano a los cambios que se han dado luego del fin de la guerra fría, en los años noventa, con el surgieron de nuevas formas de violencia política, de violencia ciudadana, ligadas a rivalidades étnicas o religiosas, y muchas veces vinculadas con graves cuadros económicos y sociales. En el caso de Argentina la violencia ciudadana está dada por la insatisfacción a las demandas sociales y económicas que la sociedad le hace al Gobierno Argentino, por lo que la conflictividad interna ha mutado con nuevos movimientos como los llamados “piqueteros”, las manifestaciones con los “cacerolazos”, marchas en contra la violencia, a los secuestros “express” como en el caso Blumberg, etc.”
Consecuentemente, aquí la lógica de una definición amplia de seguridad es adecuada, el abordaje integral de seguridad, no sólo en material militar y policial y la no ausencia de conflictos interestatales o internacionales con otros actores no estatales, sino también en conflictos internos por derivación de la pobreza extrema y factores económicos tal como se ha definido anteriormente. Se incluye entonces en el concepto de seguridad nacional, la seguridad alimenticia, seguridad de salud, seguridad ambiental, seguridad económica, seguridad laboral y social; dando a entender que se trata del mismo proceso de consolidación del Estado, con los problemas internos que debe resolver el Gobierno para mantener la efectividad de su autoridad y la gobernanza en sí. Se mezcla el concepto de seguridad que se encuentra en un nivel político con el de defensa nacional que debe estar en un nivel político estratégico.
Otra evidencia de ese cambio de concepción sobre la defensa nacional, es la distribución de los recursos del Estado, en el cual se ha perdido importancia y no se privilegia los asuntos de seguridad nacional en el diseño del presupuesto nacional, además de verse reducido en los últimos años del período democrático y se ha desprestigiado a las fuerzas armadas, las fuerzas de seguridad presentan casos de corrupción en aumento, incluyendo la seguridad ambiental. Esto se debe a que con el advenimiento de la democracia en la región y la solución de la mayoría de los pendientes de resolución de límites con los países vecinos, especialmente con Chile durante la década de los noventa, la defensa militar se ha visto desprovista en el diseño de la política nacional. Esto cambia el sentido tradicional de la defensa nacional basada en hipótesis de conflicto con los vecinos cuando ya se estima que no habrá cambios en el delineamiento de las fronteras. Se puede hacer la excepción de la política de defensa nacional con el caso de las Islas Malvinas donde la disputa por la soberanía sigue vigente con el Reino Unido. Aún así, la hipótesis de entrar en guerra y en conflicto armado en este asunto está fuera de la mesa de negociación.
Se llega en el análisis a observar la opción por una lógica de cooperación más idealista o liberal, en la cual se basó la Fuerza de Paz Combinada “Cruz Del Sur”, fuerza bilateral de Argentina y Chile que encuentra sus antecedentes en la integración del contingente en la Misión de UNFICYP en Chipre y la colaboración mutua que ambos países se prestan actualmente en la Misión MINUSTAH en Haití .
Este tipo de iniciativas de políticas de defensa conjunta en el marco regional han aumentado en los últimos años, cuando se entrelazan con alianzas y/o sistemas de seguridad regional preexistentes con asociaciones nuevas con proyección estratégica. Tales políticas amplían las fuentes de legitimación del gasto militar y abren un campo significativo de actividad operacional de las Fuerzas Armadas con fines cooperativos y de estabilidad regional. Ya con la formación del MERCOSUR en 1991, se esperaba la integración de las fuerzas a nivel regional, reflejado en la reestructuración de las fuerzas internas por la Ley de Seguridad Interior aprobada en el mismo año.
Si el 88% de los recursos está destinado al pago de personal, como según indica el presupuesto publicado por el Ministerio de Defensa , es imposible acordar una política de defensa sin compra de bienes de uso, actualización de armamento ni mantenimiento de lo ya existente, como ya ha sucedido que se mandó a desguace el único portaaviones que tenía o como el rompehielos que estuvo fuera de uso durante más de un año por no poder contar con el presupuesto para repararlo. Por lo que aquí la cooperación con los demás países de la región se vuelve imprescindible y muy utilitarista en ese sentido de complementación de los recursos nacionales con los regionales en pos de una ampliación de una defensa nacional con una defensa regional. Esto se puede configurar en las circunstancias actuales de paz y cooperación regional que no tiene precedentes, impulsada por Naciones Unidas hace ya 60 años pero efectivizada en los últimos 20 en la región tal como se advirtió en la Asamblea General en el año 2005, “en un mundo donde se vive la globalización y la interdependencia, ningún estado puede permanecer totalmente aislado. Reconocemos que la seguridad colectiva depende que exista una cooperación eficaz, acorde con el derecho internacional, contra las amenazas transnacionales” . Nos referimos aquí, a estas amenazas que trascienden las fronteras (terrorismo hoy globalizado, inmigración, narcotráfico, crimen organizado, etc), por eso la importancia de la cooperación regional y multilateral.
Argentina ha perdido protagonismo en la política internacional, que en un principio de la creación de fuerzas de las operaciones de paz, instrumento de la ONU para preservar la paz y la seguridad internacionales y de despliegue rápido, iba de la mano con una aspiración del país a que ante una posible reforma del Consejo de Seguridad, gane una asiento permanente, aspiración que decayó en manos del gigante regional, Brasil, que ha hecho los deberes en la materia en forma impecable para poder asegurar ese puesto y el rol que significa en materia de seguridad regional.
Para concluir con respecto a lo referido de las operaciones de paz, las fuerzas conjuntas con Chile de Cruz del Sur, o la formación dada a los contingentes conjuntos en CAECOPAZ (Centro Argentino de Entrenamiento Conjunto para Operaciones de Paz), cambia de lógica a una política de defensa cooperativa, que en definitiva es parte de esa definición de seguridad dada en México.
Así como se ha visto la ampliación en materia de seguridad en forma positiva cuando se reconocen a otros actores no estatales, y la regionalización desde un nuevo enfoque de cooperación con los países vecinos superadas las hipótesis de conflicto; en lo que se refiere a seguridad militar y de defensa civil, la definición de México distorsiona y oscurece el enfoque que supera la estrategia y las políticas en la materia debiendo tener una lógica transversal e integral con los demás ministerios del Gobierno, perdiendo fuerza y mensurabilidad de la efectividad de las medidas tomadas al respecto. Especialmente cuando la Argentina no se ha visto ajena a las amenazas de las fuerzas terroristas que han tomado predominio en la agenda de seguridad a nivel global, ni al tráfico de armas ni al narcotráfico, ni al tráfico de personas y otras cuestiones que afectan, en mayor o menor medida, su seguridad y sus intereses estratégicos.
Sin embargo, no podemos perder de vista el aporte de los institucionalistas en que la educación para la paz y la promoción de la cultura democrática, la justicia social y el desarrollo humano, como nuevos elementos a tener en cuenta en la política de defensa nacional para la estabilidad institucional.

- Documento de la OEA/Ser.K/XXXVIII de la Conferencia Especial sobre Seguridad.
- Informe www.mindef.gov.ar/misiones%20de%20paz/CRUZ%20DEL%20SUR.doc
- http://www.mindef.gov.ar/presupuesto.html
- A/RES/60/1 24 de Octubre de 2005.

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