El error de no querer oir opiniones

En estos días que estuve de visita en Buenos Aires tomé un café con un amigo de hace años y que en la actualidad defiende ciegamente el kirchnerismo, casi como todos los kirchneristas adoctrinados.
Quise inútilmente analizar las ventajas y desventajas del Gobierno de @CFKargentina, reconociéndole las buenas acciones de gobierno pero confesándole que las veía opacadas por las malas acciones pero sobretodo por las malas actitudes del oficialismo.
No me senti muy bien cuando quería obtener opiniones de mi increpándome, preferí callar y no discutir antes de seguir el juego de quien ya desmerece tu opinión antes de pronunciarla por el simple hecho de encasillarte, para lo que él dice "una derecha que da lástima". Niega la relevancia de que el FMI audite las estadísticas del INDEC desmereciendo dicha institución internacional por todas las políticas neoliberales que provocaron tan mal a este mundo (lo cual no niego, pero no por ello vas a huir de una d elas principales organizaciones económicas y financieras del sistema internacional). De este modo esquiva el hecho de la manipulación de los datos y la desinformación que produce Moreno en el organismo que hace ya 4 o 5 años indebidamente intervenido. Ni hablar de la lista negra de los periodistas y consultores que hablaron del tema.
Entonces, con alguien así, vale la pena discutir? yo digo que no, porque para que haya un diálogo ambas partes tienen que oir, y él se negó a escuchar antes de prejuzgar.
Como siempre cuando existen un extremo, aún el moderado que tiene una postura de centro, es llevado a la derecha. Incluso si te pueden encasillar con todo lo malo de la derecha, como si uno estuviera defendiendo al régimen militar o algo así.
Creo en que está mal tanto las violaciones de los DDHH por parte de EEUU en la cárcel de Guantanamo como las que viene cometiendo el régimen castrista en CUba hace más de 50 años.
Creo en la asignación universal por hijo pero no creo en la sustentabilidad de políticas populistas asistencialistas aumentando el gasto público, tales como el Plan Trabajar, hoy Argentina trabaja y otros planes que no llegan a solucionar el problema de base. Que fueron necesarios y buenos en su momento sí, pero que se necesita reformular la política para crear cultura de trabajo también.
Esto no me hace que no me juegue por una postura ni la otra. Al contrario, creo que no son buenos los extremos y rescato lo bueno de la izquierda tanto como de la derecha.
En fin, quizás haya descrito en este posteo a uno de los tantos kirchneristas, y describa un patrón de conducta que ha llevado al país a cómo está en el día de hoy: sordo ante los pasos de la crisis internacional que viene pisando más fuerte desde el 2008.

Comentarios

Entradas populares