El día que las Damas de Blanco se vistieron más de blanco que nunca

Desde que comencé a leer los libros de testimonios de los presos políticos, conocer las historias de vida de quienes defienden el valor de la persona en Cuba bajo el régimen castrista, pienso en cómo las condiciones de vida en la isla ha forjado en estas cinco décadas almas de santos. Cuando tuve oportunidad de viajar a la isla y conocí a quienes sufren la tiranía, tantas víctimas pero a su vez tantos luchadores pacíficos por los DDHH y la libertad con tanta fe y esperanza, lo confirmé: Cuba hay mártires vivos.
Hoy escribo llorando el fallecimiento de Laura Pollán, un gran mujer de fe, luchadora hasta el final, fundadora y líder de las Damas de Blanco, aunque ella negara el título de líder. "Somos un grupo de mujeres, todas por igual luchamos por los derechos de nuestros maridos, padres, hermanos e hijos (el Grupo de los 75, víctimas de la Primavera Negra del 2003) que se encuentran injustamente privados de libertad por el sólo hecho de haber firmadoo apoyar activamente el Proyecto Varela.
Ella era humilde, quería despegarse de todo protagonismo que le asignaran, quería restar importancia a todo esfuerzo y sacrificio que hiciera. Aún cuando tenía que dividir los víveres que llevara a la cárcel a su esposo con otra dama de blanco que no dispusiera de la misma suerte que ella de contar con los recursos para llevarle los únicos alimentos al familiar también preso. Luego también de escuchar las historias de la falta de alimentación o la mala alimentación que reciben en la cárcel, bah, que digo: alimentación es una palabra demasiado grande para los tarros de restos, huesos o grasas que dispone el estado cubano para los presos políticos.
Todo sufrimiento que podría vivir ella, se imaginaba multiplicado por mil, lo que vivían los 75, y eso le daba fuerza para no quejarse por los obstáculos impuestos por los agentes del estado y no dejar nunca de perseverar.
Era una mujer sencilla, sin ninguna complicación, vivía la alegría del cristiano siempre con esperanza y fe, veía una salida aún cuan negro podría ser el panorama por delante.
Tampoco le gustaba que la vincularan con ningún grupo político ideologizado, ella no hacía política repetía una y otra vez, sino que reclama por los derechos que todo ser humano tiene por naturaleza y que le eran negados por el estado cubano.
Todavía guardo el gladiolo que Laura me regaló en febrero del 2009 cuando la visité por primera vez, ahora como toda una reliquia.
En mi segunda visita en mayo del 2010, tan sólo un año después Laura se encontraba más envejecida, más cansada y contaba que, cada vez más seguido sufría las descompensaciones a causa de la diabetes y problemas cardiovasculares. Quien conozca su historia sabe que esas enfermedades eran los males menores que sufría. A la distancia seguía las noticias de cuando la encarcelaban injustamente o recibía insultos, agresiones y golpizas por los agentes del régimen castrista, ella y el resto de las mujeres que vestidas de blanco marchan por la plaza frente a la Iglesia Santa Rita cada domingo. Increíble! Sólo por el milagro de la fe, la fuerza de la oración se puede perseverar como lo hacen las Damas de Blanco en sus manifestaciones pacíficas, esperando la justicia se materialice en un país que hace generaciones no la visualiza y parte de su sociedad ya olvidó su verdadero significado.
El mundo reconoció la fuerza y la honestidad de su lucha, entre algunos de los reconocimientos que recibió en nombre de las Damas de Blanco fue el Premio Sájarov a la libertad de conciencia por parte del Parlamento Europeo.
El negro de luto en esta ocasión es pasado de alto, las Damas de Blanco se visten de Blanco más que nunca, la esperanza sigue viva, el testimonio de lucha de una santa mujer cubana se extiende por el mundo: "Laura Pollán Vive".

Comentarios

  1. Estamos junto en el dolor Mica. Gracias por su solidaridad con el pueblo Cubano.

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