Hacer política con paz ciudadana

En algunos países latinoamericanos todavía se puede hacer política -léase militar en un partido, postularse a un cargo electivo y opinar sobre la situación económica y social del país- sin que amenacen tu vida. Hace ya 3 años organizamos en el Club Europeo con Generación Democrática un Foro de jóvenes políticos, y advertíamos esa ventaja frente a un joven colombiano que comenzó su carrera política cuando los de la FARC asesinaron a su hermano que era candidato a Alcalde en su Municipio. Luego, en otro seminario de jóvenes líderes sociales y políticos reunidos en Brasil, escuché el testimonio de una joven venezolana que contaba las persecuciones que sufría por haber participado activamente en marchas estudiantiles y al aparecer en una lista negra en todos los edificios e instituciones públicos, privando de libertades y derechos.
¡Qué suerte tenemos que eso no sucede en Argentina! Y cuánto más fácil es el compromiso con el Bien Común de esa manera, no tenemos de qué quejarnos. Es más! Deberíamos ser más los jóvenes comprometidos por hacer de Argentina el país grande que merce ser! Hace unas horas me enteré que la madre de una amiga mía joven referente de México fue secuestrada, lo que se suma a una situación intolerable ya que no nos puede puede dejar indiferentes. Casos como estos nos llaman a reflexionar sobre cómo nos debemos solidarizar los pueblos de América Latina y unir para que nos defendamos de los grupos criminales organizados, responsable de que la violencia traspase las fronteras, generando un daño irreparable en la actualidad y en las futuras generaciones. Siguiendo la definición multitudinal que se consensuó en México en el año 2003 en materia de seguridad humana, debemos plantar nuestras políticas de justicia, seguridad y defensa estratégicamente en forma coordinada para ganar esta batalla entre todos.