Visita del Papa Benedicto XVI a Cuba

La visita que realizará del 26 al 28 de marzo el Sumo Pontífice a la República de Cuba provoca sentimientos encontrados entre los cubanos exiliados o dentro de la isla, disidentes o miembros de la sociedad civil que instan por una transición democrática en la última dictadura de América Latina.
Por un lado, desde el punto de vista de los ciudadanos que no sólo se encuentran desprotegidos de papá Estado sino que también son víctimas de sus controles y abusos constantes a la libertad y sus derechos fundamentales de manos de éste. Por lo tanto, esperan encontrar en mamá Iglesia el consuelo, la protección ante las carencias económicas y violaciones de los derechos humanos y mediación ante las autoridades cívicas.
Sin embargo, algunos asumen que con la mera visita del Sumo Pontífice éste se pone del lado de los victimarios en lugar de las víctimas, y así de alguna manera legitime al Régimen. Temen a la manipulación del régimen del Papa y a que la foto de Benedicto XVI junto al Presidente del Consejo de Estado, Raúl Castro, ya sea un simple triunfo para el régimen y una gran pérdida para el pueblo. En mi opinión, subestiman un poco al Papa, que a diferencia de Juan Pablo II, el peregrino, el actual es conocido por su intelectualidad, creo que él sabe perfectamente lo que está haciendo y es que si aceptó la invitación de Raúl Castro de ir a la isla es porque ve más beneficios para el pueblo cubano que pérdidas.
No se debe desconocer que la visita está en el marco de los 400 años del hallazgo de la Virgen del Cobre, por lo que principalmente el objetivo es pastoral más que político. Por otro lado, la cabeza de la Iglesia Universal, es el pastor de la Iglesia cubana que como tal es una visita al pueblo en primer lugar. Y es recién en un segundo lugar que, como es Jefe del Estado Vaticano aceptó la invitación de otro Jefe de Estado, por lo que no puede desconocer el encuentro de cordialidad con éste.
Por otro lado, desde el punto de vista de la Iglesia, que sufrió este régimen ateo y anti-eclesial no sólo con la expropiación de colegios y universidades que estaban bajo su administración, sino también sufrió el control, la represión y la limitación de sus propias actividades durante años. Se podría afirmar además, que uno de los mayores logros de la visita de Juan Pablo II hace 14 años fue ese acercamiento de la Iglesia con el Estado, donde se ganó los espacios de diálogo que permitieron la liberación de presos políticos años después. Sí, son pasos lentos pero seguros los que ha logrado la Iglesia que últimamente hasta ha podido tener publicaciones en medios oficiales. Los que acusan a la Iglesia de pecar de demasiado prudente, que podría tener un rol más fuerte, son los que más conscientes son que lo que pareciera normal en otros países como la libertad de expresión y de acción, en Cuba no existe, entonces pensar que la Iglesia podría tener más espacios de poder de mediación con el Gobierno si quisiera es contradecirse con el hecho de reconocer la dureza en el sistema de control de la dictadura cubana.
Se podría afirmar que las expectativas más fructíferas de la visita papal es que transforme los corazones de los cubanos, que borre el miedo de sus corazones, que tengan fe y esperanza de un cambio pronto para ganar libertades y poder gozar de los derechos fundamentales del hombre como en el resto del continente americano. Que ese llamado a la unidad sea real, donde represores y reprimidos olviden el paso, cambien sus corazones y miren hacia un futuro en la unidad y transición democrática pacífica.
Sin embargo, esperemos que el Papa además que pueda contar con una prolifera visita pastoral, pueda tener repercusiones en el ámbito político, que se reúna con esa porción de la Iglesia que lucha por los derechos humanos, junto con el resto del movimiento cívico cubano que con una carta firmada por 750 personas reclaman reunirse con el Sumo Pontífice. Si no se llega a reunir con la disidencia, porque el régimen no se lo permita o no sea adecuado según protocolo, al menos se vea a futuro el fruto de las gestiones ante el gobierno autoritario a favor del pueblo de Cuba.